Nuestros dispositivos sobre todo los más antiguos son nuestra alegría, sobre todo al principio de los tiempos en que lo compramos y sacan de lo más profundo de nuestro ser ese niño que llevamos dentro, y se arrebata cuando llegan los reyes y le regalan su ansiado juguete de la temporada.
Sucede que al cabo de muy poco tiempo, se nos van quedando obsoletos y con la posibilidad real de que su rendimiento vaya menguando, a medida que salen nuevas actualizaciones de software o nuevas versiones del sistema operativo Android.
La solución más efectiva que suelen encontrar los usuarios por la red, es cambiar el pesado sistema Android original (del fabricante o incluso peor el de un operador) por uno personalizado, más ligero y que incluya nuevas opciones de configuración e incluso, nuevas funcionalidades que aunque